martes, 30 de junio de 2015

Danilo Morejón, en plena faena. (Foto: Ahmed Velázquez).
El Guaso y Ho se parecen. Por lo menos en la mente de Danilo Morejón, un clínico de esa parte de Cuba que pasó dos años con ambos lugares a cuesta, repartiendo alegrías y ayudando a las personas, en el noble empeño de lograr una mayor calidad de vida.

Por supuesto que en esencia Ho es diferente a Guantánamo, pero Danilo le busca sus semejanzas para hacer la vida más pasajera. Y las encuentra.
En Ho la gente lo quería mucho, le salían al paso y lo saludaban con respeto: “Docta Danilo, how do you feel today? Welcome!”. Y él le correspondía con su eterna sonrisa, y con su inglés que aprendido sobre la marcha y perfeccionado cada día, y con ese altruismo que lo hace más humano.

Dos años pasó Danilo en Ho, que es la capital de la Región Volta, a unos 250 kilómetros al noreste de Accra, la capital de Ghana, y desde entonces este hombre afable y siempre atento con todos, comenzó a cultivar la simpatía del pueblo, hasta erigirse como una de las personalidades más notables del lugar.

Y esto no lo logró solo porque él era el coordinador del grupo de médicos cubanos en la Región Volta, que representaba el 70 por ciento de la fuerza calificada en la zona, sino porque él es un cultivador de amistades, alguien que además de atender bien a sus pacientes busca la forma de ayudar a quienes lo necesitan, y por eso era algo así como el hombre clave entre los más de 20 profesionales de la salud que prestaban sus imprescindibles servicios en ese pais del Africa subsahariana.

Danilo comenzó su labor en Ghana en el antiguo programa de colaboración compensada, y cuando se fomentó el Programa Integral de Salud, y le dieron la opción de regresar a Cuba con su misión cumplida o quedarse dos años más en el nuevo proyecto, con una retribución económica menor, no lo pensó ni un instante para dar su disposición de seguir.   

Y así anduvo por esas tierras lejanas, dejando huellas a su paso, siempre con su buen carácter y sus ansias de ayudar a los demás, y con la esperanza de que un día este pueblo crezca y se perfeccione su sistema de salud, sobre la base de lo hoy hacen los médicos cubanos.



        

lunes, 29 de junio de 2015

Antonio Medina Segura, Antoms, es un hombre que ha logrado un nombre en el arte gráfico de Cuba, por su talento y su constancia desde que inició una carrera contra el tiempo.

Eso fue hace más de 15 años, cuando sin ninguna experiencia, pero con el talento a cuesta, enrumbó su vida hacia el arte gráfico editorial, pasando por la caricatura personal, y después de graduarse de una carrera técnica en Alemania, a la que llegó más por sus padres que por sus deseos.

Desde entonces, Antoms ha soltado sus velas para navegar con el viento a favor y en contra, por las turbulentas aguas del arte gráfico cubano, siempre con un poco de suerte, pero sobre todo de sabiduría y decisión ante lo que quiere, y entre un mundo de buenos exponentes que casi no dejan espacio para nadie por la brillantez de su obra.

En los primeros años lo afectó un poco la falta de academia y de teoría, a lo que se impuso con estudio y práctica, con el análisis de las obras de artistas que le sirvieron de paradigmas, la participación en eventos y concursos, pero sobre todo, con el oficio de pintar y pintar sin descanso.

Hoy, Antoms se codea con lo mejor del arte gráfico en el país, y sus obras en la parte editorial se van convirtiendo en símbolos, con temas sobre Los Cinco, el bloqueo, la guerra y la paz, la vida cotidiana del tunero y del cubano, y el manejo de figuras claves para enviar sus mensajes, siempre llenos de aliento, que hacen reflexionar al espectador de manera profunda.

También con la creación de El Cafetazo, ha logrado un espacio emblemático para la caricatura en Las Tunas, a la que cada vez son más los que se unen, en una carrera contra el tiempo y contra el inmovilismo, porque él sabe que vivimos tiempos difíciles pero históricos, y el arte gráfico editorial y la caricatura personal siempre tienen un lugar y un espacio en busca de un mundo mejor.


domingo, 28 de junio de 2015

Médicos cubanos atienden los nativos. (Foto: Ahmed Velázquez)
Los akans o ashantis llegaron a Ghana, en el África subsahariana, en 1300 procedentes del norte. Sobre la costa ya estaba organizado el poderoso reino de los fanti de Denkiera y los akans se establecieron en las selvas del interior. Así fundaron pequeños reinos que pagaban tributo al estado costero.

En el  siglo XV, aproximadamente, los ashantis se integraron a los circuitos comerciales del Sudán frecuentando el mercado de Begho. Allí cambiaban esclavos y oro de aluvión por telas y artículos sudaneses o tal vez de más lejos (en el tesoro del rey de Kumasi se encontró una jarra labrada que perteneció a Ricardo II, rey de Inglaterra entre 1367 y 1400).

Una nueva migración de pueblos amenazó la existencia de los pequeños reinos de la selva en el siglo XVII. Todos los akans se unieron para enfrentar a los invasores doma, que fueron derrotados.

El litoral estaba dominado por Denkiera que dejaba sin mercados a los ashantis, quienes le hicieron la guerra y resultaron victoriosos. Después organizaron un estado centralizado y Ashantihene se convirtió en el líder del pueblo  que contaba con un ejército poderoso. A partir de 1700, los akans dominaron el tráfico de esclavos hacia la costa y el de productos europeos hacia el interior.

Cuando los ingleses empezaron a reprimir el comercio de esclavos, los ashantis enfrentaron la nueva crisis de mercado tratando de desalojar a los fantis de la costa, donde aún acaparaban buena parte del comercio del litoral.

Entre 1806 y 1816 se inicia la primera guerra entre los Ashanti y los ingleses. Después hubo otras guerras entre 1825 y 1828 y en 1874. Entonces, los ingleses convirtieron el territorio fanti en colonia de la corona y en 1895, con el pretexto de defender la región contra Samori Turé,  proclamaron su protectorado sobre los territorios del norte.

Ashanti es una de las regiones más prósperas de Ghana y su pueblo se distingue del resto del país, quizás porque se sienten superiores, o porque hay mucha más gente con una buena solvencia económica; es la única región en donde se ven algunos rasgos de violencia social y en verdad, según afirman es la tierra del oro, donde viven los más importantes reyes y la gente de más poder.

En mi recorrido por Ghana, marchamos hacia Ashanti después de que Ahmed y yo nos recuperamos de la malaria. En una noche oscura abordamos un ómnibus cuyo recorrido debe hacerse en unas nueve horas. Pero, nuevamente, el retraso es grande por otra rotura en medio de la selva, después de unos cien kilómetros recorridos.

Dos horas de arduo trabajo son suficientes para arreglar el ómnibus y continuar el viaje. A Kumasi, la capital de la Región Ashanti y segunda ciudad de Ghana, llegamos alrededor de las 8:00 de la mañana.

Kumasi se parece en algo a Accra, aunque es más pequeña. Según algunos entendidos, está mejor trazada. Aquí hay un buen flujo de turistas y se pierde un poco la nobleza que caracteriza al ghanés de otras regiones, sobre todo de toda la parte norte.

En la terminal de ómnibus son muchos los taxistas que salen a nuestro encuentro para llevarnos a Mampong Ashanti, donde están los médicos cubanos. No sabemos con exactitud cuál es la distancia que existe entre Kumasi y Mampong, por lo que también es difícil conocer el precio que se puede pagar por un taxi. Uno de los taxistas propone 70 mil. La temperatura está en unos 20 grados por lo que se siente el frío, mucho más, cuando en el norte sobrepasa los 30 grados. Al final  conciliamos el precio y acordamos pagar la cifra.

Mampong Ashanti está en un valle, por lo que el vehículo va en subida la mayor parte el tiempo. El paisaje es bello y es preciso detenerse un momento para dejar constancia de tan hermoso lugar. En un puente desde el que se ve lejano el valle tomamos algunas instantáneas y continuamos el viaje.

Cuando el auto entra en el poblado de Mampong Ashanti, solo se han recorrido unos 25 kilómetros, por lo que es una estafa pagar 70 mil cedis por la carrera. En el hospital, le pedimos al taxista que no se vaya para buscar la casa de los cubanos en caso necesario. Una vez procurados los galenos llega Jorge Amado Poll Pineda, un clínico santiaguero que es el jefe del grupo de cuatro médicos que allí laboran.

Poll nos presenta al director del hospital y le explica el motivo de la visita. Después manda a buscar a Elizabeth Palau Benítez, joven pediatra de Palma Soriano, de notable belleza y carisma.

En una de las ambulancias del hospital, la marcha es hacia la casa, un poco alejada del centro. Allí está Herenia Robelt Rojas, anestesista holguinera, quien es algo así como la barredora de tristeza de la casa, la alegría del grupo, contagiosa y bonachona, siempre con una sonrisa hasta en los momentos más duros, mujer que ha sabido sortear difíciles obstáculos en su vida personal y profesional.

Luego llega Nelson Mena González, ginecólogo, también de Santiago de Cuba, hospitalario, fiestero, y muy profesional en su trabajo. Enseguida invita a celebrar la llegada de los periodistas y en un pequeño establecimiento de ventas cercano a la casa,  pide cerveza Star y algunos kibas, que son hechos con carne asada, de cerdo u ovejo, enganchados con finos palitos, con una cantidad de picante que la boca se enciende. Así pasa la primera jornada en Mampong Ashanti y después del almuerzo  conocemos las noticias del mundo a través de Internet.

En Mampong nos quedamos unos cinco días y si hubiese sido por nosotros no saldríamos nunca más de allí. 


Obra de Alexis Roselló.
Cuando se habla de las artes plásticas en Las Tunas, uno de los nombres que enseguida emerge es el de Alexis Roselló, un hombre que lleva alrededor de 40 años entre trazos y colores, pinceles y espátulas, lápices y cartulinas.
Y no es solo por el tiempo que lleva en esos avatares, sino, y sobre todo, por la calidad de su obra, que sobresale como una de las más espléndidas y reconocidas en el arte figurativo tunero.

Alexis comenzó su desarrollo como pintor a fuerza de talento, cuando no existían en Las Tunas las condiciones para el desarrollo de las artes plásticas como las de hoy, y junto a Chucho Vega Faura, Polanco y otros artistas, dieron inicio a una carrera que ha sido capaz de perdurar en el tiempo.

Es este un pintor de caballete, como bien el se autotitula, porque su taller es su vida, y disfruta de la soledad en el acto de creación, cuando el lienzo en blanco lo desafía, y él comienza a pensar y repensar la idea original para dar el primer trazo y no parar hasta que el cuerpo y la mente se lo pidan, descansar lejos de la obra y volver sobre ella para su terminación.

No obstante, el proceso de creación no termina ahí, porque después, cuando deja refrescar el cuadro, vuelve sobre él para analizarlo en detalle, de las partes al todo y del todo a las partes, color por color, trazo por trazo, como el académico que es, porque en eso de enseñar es uno de los mejores.

Y es precisamente la academia el otro acto de creación de Alexis Roselló. Fundador de la Enseñanza Artística en Las Tunas se considera un eterno maestro, y hoy anda un poco frustrado por la pérdida de la Academia de Artes Plásticas, la cual dirigió con la pasión de todos los días, mas aun así, sigue siendo docente, porque ese acto no lo perderá nunca, y sus conocimientos no son solo de él, sino de todos quienes los necesiten.

Alexis tiene una obra emblemática, con sus colores sienas y sus trazos precisos, pasa largo tiempo manoseando una tendencia, para pasar a otra cuando piensa que se está repitiendo, y ahí radica el secreto de su perdurable obra, porque cada vez sorprende con algo que impacta al público.

Por todo ello y muchas razones más, Alexis Roselló se ha ganado un puesto de vanguardia en las artes plásticas de Las Tunas, las mismas que de una forma o de otra él ha ayudado a forjar, en el largo y tortuoso camino de la creación.


viernes, 26 de junio de 2015

Cuentan que en su primera juventud, mientras administraba un restaurante en Guáimaro, Odalys Leyva Rosabal siempre encontraba un instante de ocio para leer el libro de turno o plasmar en un papel las ideas que le llegaban a su mente, sin saber quizás que todo lo que escribía era poesía.

En aquellos tiempos era muy buena su vida desde el punto de vista económico, pero su espiritualidad cada día le exigía un momento mayor, y sin descuidad ningún detalle de su negocio, se abstraía en su mundo interior y las ideas salían raudas de su lápiz, dejando para el futuro una estela de versos a los que le faltaba pulimento, pero la esencia estaba, la sustancia era sólida, con un sabor poético que superaba todo lo que se expendía en el paladar.

Y fue Roberto Perdomo, un poeta errante de Guáimaro, con un talento a toda prueba, quien descubrió lo que escribía aquella muchacha, que por descuido había dejado tres poemas sobre la mesa, y con solo echarle una mirada, el poeta se dio cuenta de que quien escribía tenía la madera necesaria para imponer su clase, y comenzó a trabajar con ella.

Así, Odalys ingresa a un taller literario y sus compañeros de entonces quedaban boquiabiertos por la belleza de sus versos, de su pensamiento, un poco en bruto, pero con las condiciones necesarias para pulirse y salir adelante.

Fue el tiempo entonces el encargado de demostrar el talento de Odalys, quien de la noche a la mañana comenzó a ganar importantes premios como muestra de la calidad de sus textos,  e inició su paso hacia su crecimiento total, pleno, desbrozador de un camino tortuoso y difícil, como el de todo escritor, pero con la certeza de que la maleza iba quedando a un lado ante el ímpetu claro y consistente de la mano mandada por el cerebro.

Hoy, con el paso de solo algunos años, Odalys Leyva Rosabal se alza como una de las voces más importantes de la poesía y la narrativa en Las Tunas y un poco más allá, no solo de las fronteras terrestres, sino marítima, porque no pocos países de Iberoamérica conocen de su obra, y su condición de miembro se levanta en el Grupo Internacional Décima al Filo, que ella fundó, o el Frente de Afirmación Hispanista de México, país del que ya casi es hija ilustre, como única prueba de que el talento y la perseverancia pueden superar cualquier obstáculo, para dispararse cual un resorte hacia los planos más altos de la actividad que se cultiva.

Por todo ello, su nombre, el de Odalys, es de obligada referencia en la poesía cubana de hoy, porque ella es de las grandes, de las voces que surcan el aire hacia lo infinito, siempre para encontrar el oído que acune sus versos o su prosa en busca de la verdad, su verdad, pulida para satisfacer a sus lectores.




martes, 23 de junio de 2015

Las Tunas deja de existir como ciudad para convertirse en remanso, refugio, hogar.

Ya no es la ciudad de mis sueños ni de mi niñez, de mi adolescencia y primera juventud, cuando cada tarde buscaba un acomodo en un rincón cualquiera para pasar un rato con la novia de turno, siempre bajo el riesgo de que alguna señora me regañara por comportamientos indignos, según sus prejuicios.

Las Tunas me acompaña siempre, desde que me levanto hasta que me acuesto, desde que la recorro cada día cuando marcho o vengo del trabajo, y lejos de cansarme, siempre se me antoja distinta, acogedora, bella.

Es esta mi urbe pequeña, siempre calentita y acogedora, hospitalaria y de mujeres bellas que vienen y van y se quedan, con un paso que estremece los cimientos de su estructura, porque el paso de una dama siempre es intempestivo, interrogador.

Sé que mi ciudad no es la más bella del mundo, pero se me antoja cual París, Londres, Accra, Tamale, Kumazi, Cape Cost, y cuando he estado en esas urbes siempre Las Tunas impone su presencia, y me reclama y me sigue cautivando con el llamado de la sangre.

Así son las ciudades nativas, las que reciben tu primer grito al mundo y te ven crecer a su sombra y a su luz, con esas caricias, únicas por demás, que te levantan de la tierra en un suspiro, para hacerte saber, siempre, que serán tu hogar donde quiera que estés.


domingo, 21 de junio de 2015

Hace casi dos años que mi papá partió de este mundo, y hoy es la segunda vez que no está conmigo un Día de los padres.

Pero la vida, muchas veces ajena a la realidad, nos deja un hilo para creernos que las cosas malas no pasan, y hoy cuando iba para la casa de mi mamá, me parecía que él estaría allí, sentado en el portal, esperándome para conversar, claro, antes de enfermarse, porque ya en los últimos años su salud estaba deteriorada.

A mi papá le encantaban las gorras y los relojes, y yo sentía mucho placer cada vez que le regalaba uno de esos objetos, y me parece verlo como miraba su mano con el reloj nuevo de regalo, como un muchacho con un juguete nuevo.

Con mi papá yo me identifiqué desde pequeño. Era un hombre grande y corpulento, que le gustaba comer mucho y los más diversos platos, y mami siempre decía que no se llenaba con nada, y lo mandaba a comerse algunas piedras cuando le reclamaba más comida, y con su carácter bonachón parecía un muchacho grande.

Siempre me dijo Miguelín, desde pequeño, y cuando quería alfo de mí me achicaba más el nombre y me decía Miguin, al que siempre acudía cuando quería que me acostara con él y le hiciera cosquillas por la espalda con una pluma que siempre tenía a mano.

En mi infancia y adolescencia, recuerdo a mi padre como un hombre cariñoso, que me sacaba a pasear y me hablaba de muchas cosas, pero con el tiempo aquello fue disminuyendo, no sé si por la vejez o por la falta de tiempo, aunque siempre sentía mucho orgullo por mí como hijo, por el periodista, y aunque pasó el tiempo siempre hablábamos cuando nos reuníamos, y contaba conmigo para determinadas cosas por ser su hijo mayor.

Ya después, cuando enfermó, a veces «perdía» la mente por momentos, pero era reconfortante, cuando desde su silla de ruedas mami le preguntaba quién era yo y el decía, «vea, Miguelín», y me miraba con aquellos ojos con poco brillo pero con el amor de padre por uno de sus hijos.

Decía José Martí, el Héroe Nacional de Cuba, que un hijo es el corazón, y eso es muy cierto, porque cuando ya uno es padre disfruta doble de este Día, como hijo y como padre, y aunque mi papá no esté, entonces uno se siente más padre y disfruta la compañía de sus hijos, en una constante renovación de la vida que tanto y tanto camina hacia el final de los tiempos.

Por eso hoy he disfrutado como padre y como hijo, como progenitor con mis pequeños (aunque ya sean un poco grandes) y recordando a mi viejo con el mejor de los amores, el mismo que él me inculcó más con gestos que con palabras, porque papi no era de mucho hablar, y demostraba su amor con su actuar de cada día para con su familia.


lunes, 15 de junio de 2015

Yo a la derecha, durante mi exposición.
Acabo de participar en el Encuentro regional de editores Web de medios de comunicación, en la bella ciudad de Holguín, donde profesionales de ocho provincias, desde Sancti Spíritus hasta Guantánamo, debatimos ideas sobre las buenas prácticas de los editores, para desarrollar un mejor trabajo en nuestras redacciones.

En el evento, cada una de las delegaciones de las provincias debían llevar su propuesta de manual, y después de una intensa jornada de debates y discusiones, la propuesta que llevamos los profesionales de la provincia de Las Tunas fue el más completo, y el que irá a discusión al evento de occidente, donde el próximo día 26 participarán profesionales desde Matanzas hasta Pinar del Río.

A Holguín fuimos Maryla García Santos, editora-jefa del semanario 26 en la Red, Reynaldo López Peña, fotorreportero de ese medio, Yoelianis Hernández, editor de Visión tunera, Angel Luis Batista, fotorreportero de Tiempo21, y yo, como editor jefe de ese mismo medio de prensa, y fue reconfortante conocer que nuestro aporte le sirvió a los colegas de las demás provincias.

Allí encontré a profesionales que nunca había visto en persona pero también a viejos conocidos, y fue muy interesante e importante cada idea debatida, cada norma, cada pensamiento sobre el buen hacer en la Red, el medio más complejo de todos, porque la Web es lo más complejo desde el punto de vista comunicativo, porque no solo rompe con la comunicación de masas, sino que las audiencias soy extremadamente heterogénea.

El editor web es el garante de la política editorial, las normas de redacción y el código de ética del medio donde trabaja, sentencia el primer pensamiento del Manual nacido en Holguín. Y nosotros, modestamente, no inventamos nada porque casi todo está inventado, solo buscamos bibliografía (muy escasa por demás) y la adaptamos a nuestras condiciones, después de una labor de curaduría seria y responsable, como bien se califica al editor Web: es un corrector de precisión, con todo lo que eso lleva.

Como la Web es un medio demasiado joven, todo está muy disperso y cada quien trabaja a su consideración, por lo que falta homogeneidad y eso es una debilidad muy seria, porque el usuario es uno solo, y por demás, el eje principal del proceso comunicativo, como reza el primer paradigma de la comunicación para este medio.

Nuestra experiencia (la de Las Tunas) está dada por largos e intensos años en la desgastante labor del Periodismo Hipermedia. Y por eso estamos contentos, porque sabemos que andamos por el camino acertado, y eso compromete a ser cada día mejor, para que la Web tunera y cubana, siempre esté en el lugar que le corresponde, léase en lo más alto del podio.


viernes, 12 de junio de 2015

A pesar de su corta vida, Luis Rogelio Nogueras, Wichy, es uno de los poetas más notables de las letras cubanas contemporáneas.

Nacido en La Habana, el 17 de noviembre de 1944, Wichy se graduó en Letras de la Universidad de La Habana, y publicó sus primeros trabajos en la revista El Caimán Barbudo.

El Rojo, como también le llamaban, publicó sus primeros poemas entre abril y diciembre de MIL 966, y un año después obtuvo un premio muy significativo en la primera convocatoria del Premio David, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, con su libro Cabeza de Zanahoria.

Además de su labor como poeta y narrador Wichy se desempeñó como guionista de varias películas cubanas, entre ellas El Brigadista y Guardafronteras, y como tal dio su contribución al desarrollo de la cinematografía cubana.

Wichy era un escritor sumamente ingenioso, con una imaginación fabulosa, con la cual jugaba a través de ideas que solo entendían quienes lo conocían, porque de lo contrario se pensaba que se estaba en presencia de otro autor.
Entre sus libros de narrativa se encuentran Y si muero mañana, y Nosotros los sobrevivientes, dos verdaderos clásicos del policiaco cubano, y en su poesía se destacan Nada del otro mundo, el mencionado Cabeza de zanahoria y El último caso del inspector.

Luis Rogelio Nogueras falleció en La Habana el seis de julio de 1985 y su muerte fue una irreparable pérdida para la cultura cubana.


domingo, 7 de junio de 2015

Amelia Goyri de la Hoz era una dama de alta alcurnia que vivía en La Habana, sobrina preferida del conde de Balboa, y se le atribuyen poderes sobrenaturales desde su muerte de parto el 3 de mayo 1901.

Cuenta la leyenda que Amelia muere víctima de un ataque de eclampsia en el transcurso de su primer parto, a la tierna edad de 24 años y fue sepultada con su niña entre las piernas, según la costumbre española de la época, en que se les daba sepultura de esa forma a las madres fallecidas durante el alumbramiento.

A partir de entonces, José Vicente, su esposo, sufre un desajuste mental y vestido de negro comienza a visitar hasta dos veces al día la tumba, para conversar con Amelia, a quien no creía fallecida.

Así pasaba largas horas, y convirtió en un rito el hacer sonar una de las cuatro argollas de la tapa del panteón, mientras susurraba: despierta mi Amelia, y hablaba con ella un largo rato. Cuando abandonaba el lugar, se ponía el sombrero sobre el pecho y caminaba hacia atrás, alejándose lentamente, cabizbajo, sin darle la espalda.

Un día, cuando muere el padre de Amelia, al destaparse la tumba para enterrarlo, Amelia está intacta y la niña se encuentra en sus brazos.
De esa forma comienza a tejerse la leyenda de Amelia, a quien nombran La Milagrosa, y la opinión popular la convierte en santa, y le atribuye poderes sobrenaturales. Su tumba comienza a recibir innumerables visitas bajo las protestas del viudo, que pide a las autoridades detenga este flujo de visitantes, pero es imposible, porque se le adjudican favores y con el cursar de los años llegan nuevos adeptos de todas partes.

No son pocos los milagros que se le atribuyen por parte del pueblo, que van desde el poder de concebir hijos hasta los buenos partos y la tumba es visitada por miles de personas que le piden deseos y la consultan con flores frescas y mensajes de agradecimiento. Los fanáticos llegan hasta el sepulcro y la saludan haciendo sonar las cuatro argollas de la tapa del panteón y acariciando su imagen esculpida en mármol.

Después, los visitantes le dan la vuelta a la tumba y van solicitando su petición, siempre cuidando no darle la espalda a la estatua mientras se recorre el reducido espacio que ocupa.

Hoy, la tumba más popular y más visitada del Cementerio de Colón, en La Habana, es la de La Milagrosa y desde hace más de un siglo al sepulcro nunca le faltan las flores ni las visitas de devotos y no son pocos los que  han pedido su canonización por parte de la Iglesia Católica.




sábado, 6 de junio de 2015

La destacada poetisa y narradora María Liliana Celorrio, ganó la beca de creación literaria Gilberto E. Rodríguez, en poesía, por su proyecto de libroAlpiste sin pájaro, que sobresale por la coherencia de un discurso que sin apartarse de la contemporaneidad aborda lo universal e identitario.
El jurado, integrado por los escritores Kenia Leyva, Roberto Manzano y María Lourdes Jacobo, destacó lo auténtico de la poesía del proyecto de libro, en el que asoma un sujeto sufriente y vivo para lograr conmover, a partir del descubrimiento de un paisaje interno y desgarrado, que combina en una misma historia el mundo del poeta.
Alpiste sin pájaro muestra un lenguaje diáfano que crea las coordenadas poéticas necesarias para contar sueños, esperanzas y pérdidas desde el tiempo resguardado en la memoria.
El declaraciones a Tiempo21 María Liliana aseguró sentirse contenta con el premio, en un momento de tristeza, lo cual muestra que siempre existe una alegría esperando en cualquier esquina.
“Esta beca de creación tiene mucho prestigio, mucho más por llevar el nombre de Gilberto E. Rodríguez, el poeta del siglo XX en Las Tunas”, aseguró la escritora.
Con relación a su proyecto dijo que es un libro dividido en tres partes, la primera refleja la identidad de las mujeres que han enfrentadlo muchas barreras en su vida y sin embrago son capaces de reflexionar y sobreponerse; la segunda parte está integrada por sonetos, algunos de ellos dedicados al huracán Ike que tanto daño ocasionó a su natal Puerto Padre, al amado, a los hijos, y la última parte, que da nombre al libro, lo conforman poemas dedicados a personas queridas que ya no están.
María Liliana Calorrio nació en Vázquez, Puerto Padre, y es una de las poetisas y narradoras más destacadas del país, Premio Nacional Raúl Ferrer por la Obra de Toda Una Vida de la Biblioteca Nacional José Martí y Premio Nacional de la Crítica, y entre sus principales libros de poesía y narrativa figuranJuegos MalabaresLa Barredora de AmaneceresDel amanteLos Hombres de PálidoEL Jardín de las mujeres MuertasYo, la peor de todasMujeres en la cerveceraMujeres en la cervecera,El último tango en Paris y Matar al pájaro sentado.
La Beca de creación Gilberto E. Rodríguez es auspiciada por la Filial de Escritores del Comité provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en Las Tunas, y se convoca cada año en poesía o en narrativa, y honra con su nombre al Poeta del siglo XX en el territorio, que nació el 5 de junio de 1908 y falleció en 1989, y constituye un paradigma para las nuevas generaciones de narradores y poetas.
Esta Beca consiste en el pago de 600 pesos durante seis meses para que el ganador termine el proyecto concursante, y cada año las obras presentadas se destacan por la calidad de su poesía o su narrativa, en años alternos.


lunes, 1 de junio de 2015

Esta es una foto excepcional que encontré en Facebook a través de Ivette González Salanueva, hija de René González Sehweret, que constituye todo un emblema del amor entre hija y padre, y a mí se me ocurre lo que estaba pensando la bella Gema Hernández Pérez de su papá Gerardo Hernández Nordelo mientras lo miraba fijo a sus ojos y le acariciaba el rostro: “Gracias por estar, papá”.

Qué bella imagen, qué bello instante entre padre e hija. ¿Cuántas veces pensaría Gerardo en este momento, sumido en la soledad de su celda? ¿Qué pensará ahora, cuando mira a su bella hija que no le quita los ojos de encima, como diciendo: “te conozco papá, siempre te he conocido”.

Todos los hijos y todos los padres son sublimes ante el amor recíproco. Mas, este amor es mucho más grande, mucho más sublime, porque es un amor más que especial por las condiciones y los años que tuvieron que esperar padre e hija, para que naciera la vida y estar juntos.

Para mí es un regalo de la vida que ha hecho justicia con los buenos, un regalo para Gerardo y un regalo para Gema que sentirá un inmenso orgullo de su padre cuando sepa razonar. Es, en fin, un bello y emblemático regalo para este Día Internacional de la Infancia.


Desde mi orilla

Este es mi espacio personal para el diálogo con personas de buena voluntad de todo el mundo. No soy dueño de la verdad, sino defensor de ella. Vivo en un país libre y siento orgullo de ser cubano.

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